Este thriller es una pesadilla silenciosa que no todos soportarán ver
Este película de terror narra muestra cómo la crianza negligente y la comodidad pueden convertirse en el peor terror dentro de una familia.
Arno Frisch protagoniza esta película de terror psicológico dirigida por Michael Haneke.
Wega FilmLa paternidad es, por naturaleza, una experiencia aterradora, así que no sorprende que existan tantas películas de terror que giran en torno a ella. Desde niños demoníacos hasta ancianos caníbales o familias consumidas por el dolor y los cultos, el cine ha explorado una y otra vez la responsabilidad, tan tierna como aterradora, de criar hijos buenos y moralmente íntegros.
Muchos relatos distorsionan este deber con la violencia grotesca propia del género, pero eso es precisamente lo que hace que el terror sutil de El video de Benny (Benny's Video), de Michael Haneke, sea tan perturbador.
¿De qué se trata El video de Benny?
La historia retrata a una familia centrada en la comodidad: unos padres emocionalmente ausentes que ignoran los evidentes problemas de su hijo y simplemente le dan todo lo que pide, más interesados en mantener una relación fácil con él que en formar un vínculo verdaderamente significativo. El espectador pronto descubre que su único objetivo es proyectar una imagen de armonía familiar, lo que hace aún más impactante el hallazgo de una cinta snuff grabada por su hijo.
Pero en lugar de profundizar en el acto violento, el filme ofrece un retrato inquietantemente realista de cómo las personas pueden pasar por alto el mal si eso significa preservar la comodidad de sus vidas. Estos padres están más enfocados en mantener las apariencias que en corregir a su hijo, y como el público descubre rápidamente, están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de barrer el problema bajo la alfombra.
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Una de las familias más tóxicas del cine de terror
Aunque hay muchas películas centradas en niños malvados, pocas resultan tan silenciosamente inquietantes como el personaje principal de El video de Benny, interpretado por Arno Frisch. Este adolescente privilegiado pasa sus días grabando videos y viendo televisión (nuevas maravillas tecnológicas en los años 90, época en la que se sitúa la historia), mientras sus padres se ocupan de todo menos de sus hijos.
Aunque intentan proyectarse como buenos proveedores, queda claro lo cómodo que les resulta este sistema: muestran un interés superficial en el bienestar de Benny y nunca se toman el tiempo para conocer realmente a su hijo, conformes con la libertad que les da esta negligencia emocional. Así, el relato da paso a una historia que se convierte en una incómoda clase magistral sobre una atrocidad demasiado real: la ignorancia voluntaria.
El resultado es un retrato profundamente inquietante de cómo la crianza puede volverse verdaderamente terrorífica. El video de Benny muestra una familia disfuncional en múltiples capas, y nos recuerda lo aterrador que puede ser el deseo de algunas personas por mantener la normalidad a toda costa.
La mala paternidad a otro nivel
En una subversión escalofriante de las típicas historias de terror sobre padres e hijos, esta historia no enfrenta a adultos contra niños ni los une en un equipo letal, sino que nos muestra una de las familias más disfuncionalmente peligrosas del cine. Utiliza a este grupo de fríos y maniáticos burgueses para resaltar un terror más cercano a lo cotidiano: personas que ven cosas horribles, saben que podrían hacer algo al respecto y deciden no hacer nada.
Esas son las verdaderas amenazas: quienes prefieren su comodidad aunque eso implique que víctimas como la de esta historia jamás reciban justicia. Un rasgo incómodamente común en nuestra sociedad, que El video de Benny expone con un detalle tan gráfico como inolvidable.