Tres películas con Jack Lemmon que son ideales para ver hoy
Carismático y versátil, Jack Lemmon fue uno de los actores más destacados de su generación. Con un gran timing para la comedia y una emotividad absoluta para el drama, el oscarizado intérprete dejó una huella imborrable en la industria que aún lo añora aunque hayan pasado ya 23 años de su partida.
Activo hasta un año antes de su muerte, Jack Lemmon rodó más de 60 películas entre las que se destacan El Apartamento, Irma la dulce y Some Like It Hot, que dejan de manifiesto todo su talento.
Para este fin de semana te proponemos una selección de títulos que nada tienen que ver con los mencionados y que, conocidos y no tanto, son un gran plan para recordarlo y ver bien cine.
Me enamoré de una bruja (1958)
Gillian Holroyd (Kim Novak), miembro de una saga de hechiceros, entre los que se encuentran su tía Queenie (Elsa Lanchester) y su hermano Nicky (Jack Lemmon), se enamora locamente de un famoso editor, Sheperd Henderson (James Stewart), que está a punto de contraer matrimonio. La joven bruja no duda en utilizar uno de sus conjuros para conseguir que Sheperd deje a su prometida y se rinda a sus encantos. Todo sale según lo previsto pero, poco después, Gillian le confiesa la verdad sobre sus poderes a Shepherd que, indignado, pide ayuda a la extravagante señora De Pass para que rompa el hechizo. Tía Queenie toma cartas en el asunto e intenta utilizar la más poderosa magia para reunir a la pareja: el amor.
Días de vino y rosas (1962)
Joe Clay (Jack Lemmon) conoce a Kirsten Arnesen (Lee Remick), una brillante secretaria de la que se enamora, y se acaban casando. Tienen un bebé, y todo parece ir bien. Pero Joe bebe cada vez más y, lo que es peor, arrastra también a su mujer, que es abstemia. Los dos se convierten en alcohólicos, y en sus ratos sobrios piensan en cómo dejar la bebida.
Una extraña pareja (1968)
Dos divorciados deciden compartir un apartamento en Nueva York, pero sus caracteres y sus estilos de vida son absolutamente incompatibles. La obsesión por la limpieza y el orden del meticuloso Felix (Jack Lemmon) resulta desesperante para Oscar (Walter Matthau), capaz de desordenar el apartamento a la velocidad del rayo.